Tal día como hoy de un lejano 1987 los Reyes magos me trajeron un fabuloso ajedrez magnético plegable, el tablero era una bonita imitación a madera y sus piezas descansaban perfectamente encajadas en una especia de esponja en el interior de dicho tablero. Acababa de aprender el movimiento de las piezas pocas semanas antes, de mano de mi primo José Manuel y también estaba recibiendo mis primeras clases de parte de un inolvidable profesor de la EGB Don Leonardo Peña, creo que nunca he recibido un regalo que haya perdurado tanto ( no en lo físico).Quizás yo no sea el mejor ejemplo, pero espero que alguno de mis lectores haya puesto un ajedrez entre sus regalos, quizás este construyendo los cimientos de un futuro campeón (y no lo digo por comparación propia) en todo caso estará regalando un magnífico juego, herramienta pedagógica y un milenario juego de reyes y para reyes.
Post Data: El de la foto no soy yo
4 comentarios:
que horror!! acabo de darme cuenta de que el tablero está mal situado...bueno, la belleza del niño lo compensa
Mis mejores deseos para este año.
Gurtu.
Acabas de recordarme los reyes de mi pretérito perfecto, cuando los juguetes eran juguetes de verdad, y no programas de ordenador en DVD. A mí también me regalaron los reyes un ajedrez magnético. Una preciosidad delante de la cual podías sentirte como el mismísimo Kasparov. Por supuesto, yo no llegué tan lejos como tú en esta afición tan bonita, pero me queda el recuerdo de esas piezas tan ordenadas dentro de la esponjita.
Estoy mayor... :p
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