25/9/08

FIDEL CASTRO AJEDRECISTA


No hace mucho publiqué una entrada en la que relataba la estrecha relación entre el revolucionario Che Guevara y el ajedrez pero no le va a la zaga su compañero de revoluciones y guerrillas (entre otras cosas...) Fidel Castro, el cual también practicó en sus años mozos el ajedrez, siguiendo los pasos del Che también Fidel Castro patrocinó y se preocupó bastante por llevar el ajedrez a todos los rincones de Cuba, inculcando y predicando sus enormes poderes pedagógicos así como utilizándolo como símbolo de fuerza e inteligencia Cubanas. Hace poco pude encontrar una interesante partida, de no muy buena calidad, pero significativa del estilo de juego del dictador cubano en la cual vence con negras al escritor y aficionado ajedrecista Filiberto Terrazas.




Filiberto Terrazas ha sido Presidente de la Federación Provincial de Ajedrez y representante del equipo mexicano de ajedrez en olimpiadas





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así se las ponían a Felipe II.
¿Cuándo las partidas de Einstein?
Miguel

Anónimo dijo...

www.worldchesslinks.net/szs06.html

A diferencia de muchos cultivadores de las ciencias naturales y de otras disciplinas intelectuales, Einstein nunca llegó a apasionarse por el juego: la música y la navegación a vela consumieron la mayor parte de sus ocios. En particular, su relación con el ajedrez fue más bien distante, ya que, a través de este juego, difícilmente lograba alcanzar relajación y descanso. Antes bien, consideraba el juego-ciencia como una actividad excesivamente belicosa, pugnaz y combativa. “No me gusta este tipo de lucha. Los motivos de mi aversión al ajedrez, son, sobre todo, de índole ética. A saber, que la meta principal del juego consiste en batir al adversario mediante la aplicación de distintos trucos y engaños”. (P. Bucky: El Einstein particular, pág. 213)

Es cierto que, durante su etapa de estudiante, Einstein practicó el ajedrez de manera más o menos ocasional. Pero ciertas informaciones, que circulan a través de Internet, según las cuales habría jugado p.e. con Robert Oppenheimer o con Edward Teller – llegándose al extremo de reproducir las anotaciones – pertenecen más bien a la leyenda que llegó a aureolar la personalidad de Einstein.

En una entrevista con el New York Times de octubre 1936 reconoció: “I do not play any games. There is no time for it. When I get through work, I don’t want anything which requires the working of the mind…. It is not a relaxation and I avoid it. When I relax, I want something that does not tax my mind”. (NYT, 28.3.1936)

Anónimo dijo...

Lasker y Einstein

Lasker figuró entre los críticos de la teoría de la relatividad. Sobre todo, nunca quiso aceptar un punto básico: que la teoría de Einstein abolía el carácter absoluto del concepto de tiempo, al hacer depender la medida de éste del movimiento del observador. No obstante, esta crítica apenas molestaba a Einstein, ya que Lasker la formulaba en términos inteligentes, lo que le distanciaba gratamente de otros críticos de Einstein en aquella época, que contaminaban los argumentos científicos, con los políticos e ideológicos. Sin embargo, a Einstein le gustó “la independencia imperturbable de Lasker” y valoró esta “tan rara cualidad en una humanidad, en la que casi todos, incluso los inteligentes, pertenecen a la categoría de los secuaces”. (J. Hannak: Emanuel Lasker, pág).

Con ocasión del 60 aniversario de Lasker, en diciembre de 1929, Einstein le dedicó una calurosa felicitación, en la que no dejaba de reflejarse también su propia personalidad: “Emanuel Lasker es uno de los caracteres más fuertes que he encontrado a lo largo de mi camino vital. Hombre del renacimiento, dotado de un anhelo incontenible de libertad; ajeno a cualquier compromiso social.... como todo auténtico individualista, su espíritu es deductivo y considera la investigación inductiva como ajena....Adoro sus escritos, sea o no acertado su contenido, como frutos que son de un carácter original y libre”. (Archivos de Einstein de Jerusalén, Nº 28-060).